PIAGGIO

Detrás de cada vehículo Piaggio hay una gran aventura, que comenzó en Sestri Ponente, Génova, en 1884. Justo ese año, un muy joven Rinaldo Piaggio se hizo cargo del negocio de su padre y lo convirtió en una empresa de muebles navales. Todavía no sabía que “Piaggio & C.” habría conquistado los cielos, las calles y los corazones de toda Italia.

Estamos a principios del siglo XX y la industria italiana está en crisis. Los ebanistas de Piaggio crean el mobiliario de lujosos barcos italianos y extranjeros, sin embargo, no parece haber más oportunidades de crecimiento en este sector. Así, Rinaldo decidió ampliar sus emprendimientos en el sector ferroviario, con la construcción y reparación de vagones. Una elección que resultó fundamental ya que permitió la creación de un equipo de técnicos e ingenieros excepcionales.

Con la Primera Guerra Mundial, las puertas se abrieron hacia una nueva frontera: la aeronáutica. Desde 1915, Piaggio se dedicó a la reparación y construcción de hidroaviones y en 1917 compró una empresa aeronáutica en Pisa. Esta nueva producción permitió a Piaggio superar la crisis de la posguerra y adquirir otra empresa, Pegna-Bonmartini, con trabajadores y técnicos.

Entre estos Giovanni Pegna, un diseñador e ingeniero aeronáutico de gran talento que pronto produjo el monoplano de combate P2 (Piaggio 2), que evolucionó hasta convertirse en el P7, el hidroavión de carreras Piaggio, y el P 108 de cuatro motores, el último gran avión de los fabricantes italianos antes de la Segunda Guerra Mundial.

El éxito de la producción convenció a Rinaldo de dar un paso más para el crecimiento de Piaggio y en 1924 compró la planta nacional de ingeniería mecánica en Pontedera. Un importante taller nacido antes de la guerra que permitió al emprendedor construir sus propios motores de avión y, al cabo de unos años, también otros vehículos…


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